
Como he comentado muchas veces, no se que será peor, si dejarlo en el banquillo para que salga cuando el partido está resuelto o, enviarlo donde lo envió don Luis Aragonés para que vea los partidos en el sofá de su casa, en el primer caso ya sabemos que en el banco es más peligroso que un mono con una ballesta y en el segundo, este tarde o temprano se colará como presidente del club, que dios nos coja confesados amigos de mil batallas.